dictada en Barcelona - España
(Audio - 60'16")
Al alba del 24 de Marzo de 1816 una salva de 21 cañonazos anunciaba al pueblo de San Miguel del Tucumán la instalación del Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata cuya inauguración se realizaría al día siguiente, previo Tedeum en la Iglesia de San Francisco. En la solemnidad de la Encarnación de Jesucristo Nuestro Señor comenzaba a gestarse la encarnación de la Nación Argentina. De aquellos diputados que al asumir juraron ante Dios y prometieron a la Patria "conservar y defender la religión Católica Apostólica y Romana", y que declararían solemnemente la independencia de estas tierras el siguiente 9 de Julio, la mayoría eran sacerdotes(*). Podría decirse que la Argentina nació entre las pompas de la religión y de un congreso de teólogos. Los padres fundadores, llegado el tiempo de la madurez, deseaban separar la patria de los reyes de España pero no de la Religión Verdadera, porque sabían perfectamente que no podría haber auténtica argentinidad sin el reinado social del Señor.Hoy los mesiánicos gestores del mundo global pretenden extinguir las naciones y desarraigar al hombre disolviendo en él su filiación histórica. Se oculta la identificación de Occidente con el Evangelio, se postula la elección de la patria y consiguientemente el rechazo del patriotismo, se intenta destruir o al menos descristianizar las fuerzas armadas, se ha montado un ataque sistemático y diabólico a la Iglesia, a la vida y a la familia, etc. En medio de este angustiante panorama, en el que podría sentirse cómodo el Anticristo que tiene ya tratantes de patrias, profesionales de la mentira, apologistas de la traición, pastores sin fe verdadera, soldados sin guerras justas, sacerdotes sin sacrificio, todos desertores de la eternidad; tenemos el agrado de presentar la clarísima, docta y vibrante exposición del Dr. Antonio Caponnetto quien nos descubre el remedio a este mal esjatológico, que ha de cifrarse en la unión del amor a Dios y a la Patria. Para que no tengamos luego que llorar su muerte junto al poeta (**).
(*) De los veintinueve diputados que firmaron el Acta de la Independencia once eran sacerdotes. Pero otro de los firmantes, el Dr. Sánchez de Loria (representante de Chuquisaca, Alto Perú) sería ordenado más tarde. Por otra parte el presbítero Miguel del Corro no pudo firmarla por encontrarse comisionado por el mismo Congreso en la Banda Oriental. Luego del 9 de Julio de 1816. se incorporarían al Congreso otros siete sacerdotes con lo cual su número ascendió a veinte.
(**) Ver el poema "La Muerte de la Patria" en la próxima entrada.
Para oír la conferencia, presione Play: (Duración 60'16")
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